domingo, 12 de julio de 2015

10 años en Euskal Herria

Hace diez años, un 25 de Junio, llegaba a Euskadi.
Con 25 años y muchas ganas de abrirme al mundo. Buenos Aires se me había quedado pequeño, y en mi ambición de aventura, si bien no fue fácil tomar la decisión, creo que el hecho de que el reto sea más difícil hizo que aceptara esta propuesta.
Me gusta ponerme retos difíciles porque en definitiva si fracasas, sabes que tenías la mayoría de las posibilidades de fracasar, pero si lo consigues.... La gratitud es una bocanada de aire que te empuja a seguir adelante. 
Después de 10 años, puedo hacer un balance relativamente objetivo. 
Euskadi es uno de los sitios más bonitos que he conocido, es el sitio ideal para vivir. Es un lugar geográficamente precioso, lo mantienen limpio, ordenado, su gente es decente, trabajadora, elegante, respetuosa... Lo tiene todo. Lo afea un poco la lluvia, pero por otro lado le da vida y color. Verdes tan intensos son oxígeno para los ojos. 
Pero también he de decir que es el sitio que me enseñó el total significado de la soledad. El no me meto en tu vida, porque tampoco quiero que te metas en la mía. Me demostró que mis amig@s de toda la vida y mi familia tienen un valor incalculable, y que soy muy afortunada de que a pesar de los años y la distancia, sigan formando parte de mi vida. 
Podría escribir sin parar sobre todo lo que he vivido, las sensaciones encontradas que he tenido, las decepciones, los desprecios y las gratas sorpresas que me han alegrado en estos años, pero quizás sea mejor plantearme escribir un libro de memorias dentro de 25 años... 
Gracias a tod@s los que hacéis que mi vida sea completa, pero sobre todo hay 3 personas claves que consiguen que nunca me caiga y que logre que mis sueños se hagan realidad, mi madre, mi marido y la persona a la que más feliz le hace mi existencia, mi hija.

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